sábado, 17 de abril de 2010

No va a perder la alegría ni la melodía mi guitarra por tu voz.
El mismo engaño que tienta mi ser,
esa parte de mí que no quiero tener ni padecer.

Cuando sólo aparezca una sonrisa
de pensar que esa noche pude pasar y escuchar tu voz,

ya no habrá lugar donde tirar esta culpa:
Va a perdurar el ritmo que te mueve el corazón.
Y esta vida que nos toca vivir
me pone frente a vos como el sol,
y esa luz en tus ojos me llena el alma y pide perdón.
Algún día otro brillo aparecerá entre todo,
no quedara nada y terminará el dolor.
Y aunque cueste y no moleste despertar,
mi penar es lento y se convierte en tu libertad.
Y esta vida que nos toca vivir
me pone frente a vos como el sol,
y esa luz en tus ojos me llena el alma y pide perdón.

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